lunes, 2 de junio de 2008

Canción de Redención

El Internet es realmente mágico... te acerca mucho a gente que está lejos físicamente, pero que en realidad está acompañándote. De todo un proceso largo de revisar mis idas y vueltas, subidas y bajadas, aciertos y errores, triunfos y desastres llegué a un mensaje simple que puse en mi messenger... Redención. Este mensaje lo ven los que están en el messenger y obviamente mis amigos preguntan:


XXXXX: redencion?
Ramon: si... te lo explico en un rato...
Ramon: a ver... un par de semanas de introspección y de análisis de lo que he hecho hasta hoy...
Ramon: llegado a la conclusion que el ser un impetuoso me ha llevado a una cadena de desaciertos brutal...
Ramon: que cada desacierto me frustra más y por lo tanto incrementa mi ira...
Ramon: que la ira se desata como otro desacierto más y alimenta un ciclo de feedback positivo...
Ramon: que es necesario ponerle un pare a esto antes que me mate...
XXXXX: suena como una buena idea...
Ramon: que dentro de los diferentes desaciertos hay muchas cosas rescatables y provechosas...
Ramon: que tengo que empezar una etapa de auto aceptación para poder parar toda esta ola enorme...
Ramon: antes que me rompa el occipital otra vez...

Hace ya unos meses que empecé a ir donde mi terapeuta, y de cada sesión salen cosas nuevas... no siempre agradables, pero sempre nuevas... claro que hay días que salgo y a los 5 minutos estoy mas movido que maraca de brujo... y otras en que me paso buen rato de reflexión. Lo concreto es que de estas sesiones salen cosas... y voy entendiéndome.

Por otro lado, es genial poder conversar en persona con las personas que consideras sus amigos, gente a la que le das la confianza de decirte lo que piensan y de los que esperas escuchar "algo" que te ayude. Me he dado cuenta que me he quedado corto de esos amigos... o más bién que los que tenía ya no están tan libres como antes... Pero el Internet ayuda muchísimo, realmente.

Ahora viene el punto de redimirme, primero conmigo antes de buscarlo con el resto. Por lo pronto ya tengo más claro dónde no quiero ir. Ahora falta terminar de entender a donde quiero llegar.

Lo terrible es que miro el camino que he seguido y el "daño colateral" es enorme... y me siento terrible.

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