RedBull

El Castillo Rojo tiene un hermoso jardín, flores muy bien cuidadas y árboles y arbustos de todo tipo... pero en la parte trasera se encuentra una maravilla más... El Laberinto. El Laberinto fué sembrado y criado por RedBull, un minotauro que dejó las armas y, como la mayoría de minotauros que llegan a cierta edad, empezó a leer y a enseñar.

RedBull es un minotauro, muy grande y con ojos como fuego, con la piel cubierta de tatuajes y cicatrices y un enorme anillo de bronce colgando de la nariz, sus manos enormes siempre están cubiertas de tierra y usa un delantal de cuero con muchos bolsillos de donde salen tijeras, palas y rastrillos. RedBull venía de las Islas del sur y había sido un gran luchador, había aprendido a pelear muy bién y disfrutaba sus combates, pero después de un tiempo aprendió que había más que hacer... que los combates no eran todo.

RedBull llegó al castillo y se ofreció a cuidar de las plantas, a cambio pedía libros y la oportunidad de conversar con todos los que visitaban en castillo. De pronto, El Laberinto empezó a tomar forma. En diferentes rincones de El Laberinto, RedBull colocaba sus libros, escritos, pinturas y otros objetos que coleccionaba. Y El Laberinto hacía su trabajo.

Cuando alguien visita El Laberinto, le toma un tiempo notar que los arbustos cambian de lugar, las paredes cambian y los pasillos se reacomodan. El Laberinto guía al visitante y lo ayuda a pasear, a despejarse hasta que el visitante descubre lo que necesita encontrar. En ese momento, El Laberinto parece tener sentido y deja de dar vueltas para llvar al visitante hasta lo que necesita.

RedBull y su Laberinto son concejeros del Reino Encantado, que sin decir mucho enseñan bastante.